Conmemorando dos años del inicio de la pandemia y ofreciendo un espacio colectivo de sanación y duelo, Gritaluz nos invita a participar de un ritual en el que se integran el espacio, la fotografía, el video y la memoria ciudadana para rendir homenaje a quienes han partido como consecuencia del COVID-19. A través de una convocatoria abierta que recupera recuerdos y mensajes de personas que perdieron seres queridos en los últimos dos años, se desarrolla una instalación sobre los muros del rio Rímac que recupera la idea de altar como punto de conexión entre quienes recuerdan y quienes son recordados.